El mejor lateral izquierdo en la historia del Real Madrid (con permiso de Roberto Carlos) se ha despedido del club de su vida tras dieciséis temporadas y un reguero de títulos solo a la altura de los más grandes.
En el mercado invernal del año 2006, la dirección deportiva del Real Madrid encabezada por el héroe de la Séptima, Pedja Mijatovic, traía de una tacada a tres jóvenes jugadores sudamericanos llamados a marcar una época en el conjunto madridista, Fernando Gago, Gonzalo Higuaín y Marcelo Vieira.
Triunfar en el conjunto madridista no está a la altura de cualquiera, y son muchos los factores que intervienen y hacen que un jugador «valga» o no «valga» para soportar la presión que conlleva vestir la camiseta blanca, que se lo pregunten a Gago y al Pipita Higuaín que, procedentes de los dos grandes equipos argentinos, Boca Juniors y River Plate, traían la responsabilidad de ser el futuro, pero a la vez, ser también presente y, aunque Higuaín consiguió tener una más que digna trayectoria en el Real Madrid marcando más de 100 goles a lo largo de seis temporadas, Gago fue un auténtico fiasco, acumulando lesiones y poca participación cuando estuvo sano.
El destino siempre caprichoso, deparaba a Marcelo, el menor y el menos conocido, la gloria eterna.
Procedente de Fluminense y con el cartel de «sustituto» de Roberto Carlos —palabras mayores— un imberbe y sonriente Marcelo llegaba a Madrid sin saber exactamente qué esperar. Hubo mucha especulación sobre la idoneidad de mantenerle en la primera plantilla a la sombra de Roberto Carlos o cederle a algún equipo en el que foguearse y ganar minutos de calidad para regresar más «hecho».
Pero más sabe el diablo por viejo que por diablo, siendo el propio Roberto Carlos quien recomendó al por entonces presidente del Real Madrid Ramón Calderón, que Marcelo debía quedarse en el Real Madrid.
Dicho y hecho, Marcelo comenzaba su aventura como madridista un 7 de enero de 2007 frente al Deportivo de la Coruña en el estadio de Riazor.
Estos primeros seis meses fueron duros para el lateral ya que es bien sabido que el entrenador madridista Fabio Capello no era amigo del juego un tanto anárquico del brasileño.
Marcelo siempre se ha caracterizado por su tendencia a subir la banda sumándose al ataque y muchas veces, especialmente en sus primeros años, dejaba algo desguarnecida su lugar en la defensa y debido a esto, pasó incluso por épocas en las que su fútbol alegre le conllevó un cambio de posición, pasando del lateral al extremo.
Año tras año Marcelo fue consolidando su posición en el equipo ganando más y más protagonismo, regresando a su lateral para convertirse por méritos propios en uno de los mejores laterales izquierdos del mundo superando a su ídolo y predecesor, Roberto Carlos.
En realidad, esto es muy subjetivo, es dificilísimo decir quién de los dos ha dejado más huella en la historia del Real Madrid. Roberto Carlos cambió la idea que se tenía de un lateral, subía y bajaba la banda con una potencia nunca vista, además de su impresionante disparo. Marcelo, por el contrario, ha sido pura magia, técnicamente un superdotado… ¿Quién ha sido mejor?… Imposible decirlo.
Al final el tiempo pasa para todos y, a partir de la temporada 2018-2019, su protagonismo en el campo va decayendo paulatinamente y tras dieciséis temporadas en el primer equipo, el viaje que comenzó ese 7 de diciembre de 2007 en el estadio de Riazor, terminó el 28 de mayo de 2022 en el Stade de France levantando como capitán del equipo la decimocuarta Champions League para el Real Madrid.
Hay historias que merecen ser recordadas y el viaje de Marcelo es una de ellas… El chico de la eterna sonrisa que se convirtió en el hombre con más títulos en la historia del Real Madrid.
Hasta siempre leyenda.