Situado en el sureste de la ciudad, fuera del glamur y la atención de los grandes equipos de la capital nos encontramos con uno de los clubes más peculiares que hay no solo en Madrid, sino en toda España, el Rayo Vallecano.
El estadio de Vallecas (antes conocido como estadio Teresa Rivero, en honor a la que fuera presidenta del club durante 17 años) es con diferencia el estadio más pequeño con un aforo 14.505 espectadores.
Fue construido para que fuese el hogar del ya extinto Racing Club de Madrid con el nombre de Estadio Puente de Vallecas y se inauguró el 19 de marzo de 1930 en un partido entre los equipos amateurs del Racing de Madrid y el Real Madrid.
Durante la guerra civil, el estadio de Vallecas dejó de albergar espectáculos deportivos y se convirtió en un campo de concentración de combatientes republicanos.
Después de la guerra, y debido al estado en el que quedó el estadio Metropolitano, el Atlético Aviación jugó allí sus partidos de Primera División entre los años 1940 y 1943.
Hoy en día asistir a un partido del Rayo Vallecano es todo un espectáculo, ya que, al estar situado en la arteria principal del barrio, la Avenida de la Albufera, se puede concentran allí toda la afición animando al equipo en los prolegómenos de los días de partido.
También recomiendo hacer una ruta para ver los graffitis que hay en sus muros, donde la afición vallecana, siempre próxima a su equipo y a sus jugadores, transmite sus valores a través de ellos. Un buen ejemplo es el mural homenaje a Wilfred Agbonavbare, tristemente fallecido, pero nunca olvidado por un barrio y un equipo que le adora.
Una vez dentro del estadio lo primero que llama la atención es la ausencia de Fondo Norte, en su lugar solo hay una pared con el lema Coraje y Nobleza detrás de la portería y los edificios altos de la calle Teniente Muñoz Díaz haciendo de sus balcones parte de las gradas al poblarse de gente siguiendo los partidos desde sus propias casas.
Al comienzo de los partidos, los equipos salen desde el túnel de vestuarios por el Fondo Sur, donde son recibidos por los aficionados más incondicionales del equipo, los Bukaneros, que convierten el estadio en una caldera.
Como datos curiosos, el Estadio de Vallecas en el año 2011 dejó de tener el dudoso honor de ser el único estadio de fútbol profesional en el que aún no se habían retirado las peligrosas vallas que separaban las gradas del estadio.
Fuera de lo que son los espectáculos meramente deportivos, el estadio de Vallecas ha recibido la visita de grandes artistas y grupos de música que han realizado conciertos allí como Leño, Miguel Ríos, Barricada o los internacionales Bob Dylan, Metallica o Queen.
Vallecas es un barrio obrero orgulloso de serlo, concienciado con muchas causas sociales y uno de los primeros equipos en crear una sección femenina. El Rayo Vallecano está apegado a su gente y se siente orgulloso de sus valores y es por eso por lo que vivir un partido en su pequeño pero ruidoso estadio de solo tres gradas es toda una aventura.